A los Ciegos no les gustan los Sordos

Hay un momento en la vida del que nadie nos avisa, un momento que pasa sin que nos demos cuenta y, de repente, es la última vez. La última vez que tu padre te abrazó fuerte, la última vez que jugaste sin preocupaciones, la última vez que fuiste un niño sin cargas, sin miedos, sin heridas abiertas. Pero no lo sabíamos. Nadie nos dijo que ese día sería la última vez. Crecemos con la idea de que todo es eterno, que siempre habrá un mañana, otra oportunidad, otro momento para decir lo que sentimos. Pero lo cierto es que el tiempo no avisa, sólo avanza. Y un día nos despertamos con la certeza de que todo cambió, que nunca volveríamos a ese momento donde éramos felices sin saberlo. La infancia es el único paraíso que conocemos antes de que el mundo nos enseñe a sobrevivir. Y cuando todo termina, lo único que nos queda es el eco de lo que fue, la sombra de lo que perdimos sin darnos cuenta. Porque nadie nos prepara para el vacío que deja la ausencia, para el frío de un universo qu...

¿Qué decirte sobre mis verdades? Esas verdades que puedes ver a través de mis ojos, La realidad que mis demonios odian ocultar. Realidad que mi lengua filosa no duda en soltar, El sincericidio que tanto te molesta, por no ser capaz de aceptar lo que está frente a tus narices. ¿Qué decirte sobre tus verdades? Esa verdad que pude leer al mirarte, La realidad que tus demonios disfrazados de ángeles quieren ocultar. El sincericidio que sientes molesto como una mosca detrás de la oreja, Aquella mentira que disfrutas de manera efímera por no ver más haya de lo que la divinidad te muestra. ¿Qué decirte sobre las verdades? Solo veras la verdad donde tu necio cerebro crea conveniente. Eres incapaz de distinguir las mentiras que te susurran al oído, Eres incapaz de entender las verdades que tu subconsciente revela... Tu terquedad es más fuerte que el inconsciente que muestra una realidad a la que consideras alterna. Tu lengua de poco filo es débil ante mis palabras, porque en el fondo sabes que ...

Estoy aquí una vez más a la luz de la vela, escribiéndote, Eres la que inspira cada una de mis palabras, mi musa. La princesa de mis sueños, La reina de mi oscuro mundo. Sigo aquí añorando tu regreso, Mi pluma solo redacta la viva imagen de mi mente, donde solo estas tú. La vela se derrite y solo las paredes frías son testigo de cuanto te extraño. Las estrellas y el viento escuchan mi Retórica de amor disfrazada con lunfardo, ese lenguaje romántico de los tangos que a ti tanto te gusta. No importa cuantas veces prometa dejar de escribirte, no son más que mentiras, yo seguiré siendo tu fiel esclavo, y seguiré esperando la respuesta a mis cartas con poesías de amor y dolor que solo nosotros entendemos. Estoy aquí recordando cuando nuestras almas se encontraron, Me encuentro aquí, gritando tu nombre. Y seguiré en aquel lugar, Una vez más a la luz de la vela, Escribiéndote.

Llore mares... Derrame lágrimas de sangre del dolor que hoy perdura en mi corazón. Pensarte lastima, Mis ojos Lloran tormentas al recordarte, Aún eres fabricante de mis lágrimas. Llore lagos Y el dolor sigue intacto. No logro despojar aquel sufrimiento de mi alma... Pensarte mata, Siempre serás el fabricante de mis lágrimas.

Miré a mi alrededor... Y me di cuenta que me encontraba sola. Perdida en la jungla, avanzando sin mirar atrás. Quiero dejar de pensar pero no puedo controlarlo, sigo hechandole ganas aunque no me queden. Miré mi vida entera... Y me di cuenta que siempre estuve sola, Cuando necesite me dieron la espalda. Miré mi actualidad... Y decidí cambiar mi historia, Decido reconstruir mis ruinas, Arreglar mi vida, Y como quien dice "Comerme el mundo".

Que triste se siente... Perder eso que tan feliz nos hacía. Triste es saber que mi casa es extraña a lo que alguna vez conocí. Simplemente querer vagar por las calles sin importar como la aguja del reloj corre sin parar. La soledad es mi fiel compañera en este lío, mientras no logro encontrar la paz a mis tormentos. Sentado junto a mi, esta el Diablo, que me susurra al oído... y mis demonios internos toman el control de la inocencia que alguna vez tuve. El tiempo pasa y yo no encuentro la salida, El estrés que va matandome, se rehúsa a abandonarme, mientras que la solidaridad que alguna vez existió en mi interior es despojada. La humanidad va desapareciendo junto a mi poca salud mental, La ausencia de poder controlar mi caos ayuda a acabar con la serotonina que produce mi agotado cerebro. Que triste se siente... No poder encontrar la salvación, Triste es no poder encontrar algo que calme y haga feliz a esta alma vieja de corazón maltratado. Que triste se siente... Darse cuenta lo sola ...