Culpa mía, fue provocarte y exitarte, hasta que no aguantaste... fue enamorarme de ti, de tu cuerpo, de tu boca y de tus ojos brillantes. Culpa tuya, fueron tus besos ardientes y tus manos por todo mi cuerpo provocando que caiga rendida a tus pies, haciendo que me vuelva loca, y entre a una cárcel de la cual no quiero salir, en donde condenada soy feliz. Culpa nuestra, fue crear un maldito Boulevard erótico y sensual... fue darnos ese beso que nos descolocó, esa noche que descubrimos nuestros cuerpos bajo la luz de la luna. Culpa mía, culpa tuya o culpa nuestra; eso ya no importa, ya no hay vuelta atrás.... ya entramos a ese mundo fantasioso, ya mordimos la manzana y cometimos el mayor de nuestros pecados, ese maldito pecado que sin importar nada cometeriamos más de mil veces. Tu y yo somos culpables.... culpables de vivir la vida juntos como si fuese el último día de nuestras vidas. Culpables de amarnos y de ser adictos a nuestro sexo.