La muerte estaba esperándome...
Acechando desde las sombras.
La huesuda ofrece más paz de la que merezco...
Tan silenciosa, sentada esperando tomando un café.
Se aparece ante mi tomándome por la fuerza, ya nadie puede salvarme, solo queda mi grito de agonía y los arañazos que deje en el suelo.
El olor a muerto inunda mi casa, mientras es bañada en sangre.
Me encontraba caminando... caminando por las calles del infierno.
Me dirigía al purgatorio, ese era mi nuevo hogar.
Me bañaba con fuego y los latigazos me vestían de rojo.
Los demonios danzando anunciaban el fin del mundo.
Donde me sentará se convertía en un trono de desgracia... alma que miraba, alma que caía a mis pies. Todos gritaban mi nombre, en las tinieblas se sabía que yo era la reina.
Mi presencia era solicitada en cada brujería.
Mi corazón podrido había oscurecido aun más, mi alma estaba sucia y yo era un monstruo.
Comentarios
Publicar un comentario